Tengo
demasiado quehacer como para ocuparme de tonterías. Si he admitido que mi tío viva
en casa luego de que quedara postrado en su silla de ruedas ha sido porque es
familia y hay que aguantarse, pero no porque me sobren el tiempo o los
recursos, menos aun porque haya alguna afinidad hacia quien prácticamente no
nos visitaba nunca ni manifestaba el más mínimo interés por nosotros. Mis hijos
buscan la manera de encajar en nuestras vidas la existencia de ese bulto al que
el aneurisma dejó sin habla y con la boca torcida. De su casa se traen a veces
papeles que le leen en medio de risas para verlo enrojecer y gruñir como una
bestia. 'Mejor verlo reaccionar que vegetar', me digo, y permito que Claudita,
que es la de mejor dicción, le lea lo que él habrá escrito hace tanto tiempo y ahora
le avergüenza:
"Papel de Rollo, ese mamotreto
autobiográfico que escribí durante más de catorce años, fue interrumpido en
diciembre de 2003 por razones que fueron desde las circunstanciales (la
experiencia sentimental más tortuosa de mi vida) hasta las profundas (una conciencia
incapacitante de las propias fallas como escritor, pero ¿para quién escribía?).
Su estructura experimentó diversos cambios en el tiempo: de 1989 a 1997 incluyó
invariablemente un repaso de fechas notables seguido de un análisis de áreas,
poesía y divagaciones aparte; de 1998 a 2002 el análisis de áreas desapareció,
los repasos autobiográficos sacrificaron parte de la cronología para agilizar
la narración y la poesía fue menguando sus dimensiones hasta desparecer en
2003, año en que todo quedó reducido a intercambios epistolares de calidad
variable."
Los niños no
reparan en que ya tienen cuatro abuelos y no puede haber un quinto.
—¿Qué hiciste
en 2003 abuelito?
—¡Míralo,
míralo cómo se pone! No lo oigo abuelito, ¿qué? ¿qué dice? No le entiendo.
Risas.
"¿Qué ha
pasado desde entonces? En términos de escritura ha habido cierta actividad
inconstante cuya principal diferencia respecto a Papel de Rollo ha sido su carácter impersonal: artículos de
opinión, la traducción de una novela, ficción en forma de cuento breve y, para
ser enteramente claros, el fracasado intento de novelar la experiencia vital de
2003. En términos biográficos los años recientes pueden dividirse en tres
bloques claramente distinguibles: 2002-2005 asociados a Praga, el doctorado y
los periodos vacacionales en México; 2005-2006 ligados al infructuoso intento
de consolidarme como académico e investigador en Lagos de Moreno; y finalmente
2006-2009 relativos al postdoctorado en Francia."
—¿Post qué? Ya
desde entonces delirabas, viejito...
—Ya, ya, hombre,
síguele leyendo...
"Reconozco
con embarazo que la reanudación ahora de mis escritos autobiográficos tiene
indisimulables finalidades terapéuticas o, si se prefiere, espirituales, no muy
distintas de las que me movieron en 1989 a escribir la primera página y luego a
continuar el hábito. Con el tiempo, la calidad literaria de mis escritos fue
adquiriendo mayor importancia hasta el punto en que me resultó inaceptable
continuar instalado en la mera narración de los hechos. He intentado encontrar
una manera más adulta e inteligente de combinar la necesidad de introspección y
la literatura, la biografía y la ficción, lo ocurrido y lo imaginado. No ha
sido posible. La falta de tiempo y talento, las preocupaciones estéticas y
técnicas, el miedo infantil a desarrollar una historia inferior a las conocidas
a través de la literatura, todo ello ha cooperado a la parálisis. Sin descartar
la posibilidad futura de un ejercicio literario a mi entera satisfacción, he
aceptado de momento continuar mis escritos autobiográficos bajo el mismo
espíritu que los motivó: la observación y el registro, la reflexión y la
filosofía, a veces, desde luego, la literatura."
—¿Y dónde está
su libro abuelito? En ese mugrero de su casa, ¿verdad? Pero a ver, a ver, ¿cómo
lo vamos a encontrar si no nos dice dónde está? Son muchos libros y los niños
necesitan recortes para la escuela y a lo mejor...
—¡Míralo! Ya
está babeando otra vez.
—Si se caga ya
no le leo, ¿eh?
Claudita
siempre ha sido la más sensible.
"Con
excepción del último texto autobiográfico escrito en enero de 2003 para
describir poco más que los últimos cuatro meses de 2002, los escritos de esta
índole correspondientes al periodo 1999-2002 me gustan. En otras palabras, lo
escrito en los tres años anteriores a mi partida a Praga se acomoda lo más
posible a mi ideal de escritura, si bien prescinde de la ficción a la que
líneas arriba me referí como deseable. Encuentro aquel ejercicio no sólo bien
escrito sino entrañable, mostrando una evolución tanto en la expresión de los
hechos e ideas como en mi propia persona. Aquellas páginas transmiten con
fidelidad la adultez y gravedad ganadas al avanzar en el camino de la
independencia económica, el desarrollo profesional y la vida en pareja. Se gana
en profundidad y consolidación lo que se perdió en variedad, toda vez que la
rutina de aquellos años fue más o menos invariable y quizá, vista en
retrospectiva, necesaria."
—Anda tú,
pareja, ¿estaba guapa? ¿sabías algo de esto amá?
—No preguntes
tonterías Panchito, deja que tu hermana siga leyendo.
—¿Le digo
amá?, ¿le digo?
Risas. A Claudita
y el más grande no se les escapa una. A mí también se me dibuja una sonrisa y
me cuesta ponerme seria para decirle:
—No. Sigue
leyendo.
"En
agosto de 2002, cuando abandoné Guadalajara para iniciar el doctorado en Praga,
se produce una ruptura en la evolución conseguida: la vida en pareja se reduce
a periodos vacacionales, la adultez conseguida se degrada al volver a la
condición de estudiante, los ahorros se hacen mínimos a diferencia de antes. El
último escrito autobiográfico arriba mencionado —enero de 2003— describe la
primera temporada en Praga de una manera trepidante, incompleta, con prisa y
desaseo. Realizado durante un periodo vacacional de apenas dos semanas y media,
sus visibles fallas respecto a los escritos que le precedieron se corresponden
con el estado mental en que me hallaba: alucinado por el descubrimiento de
Europa (música, lenguas, literatura), encantado por la aparición de amigos
revestidos de un carácter providencial (Elvira, Jason, Pavel) y ocupado de
manera más formal que entusiasta en mis estudios (cursos, tema de tesis,
publicaciones que no llegan pronto)."
—Ay amá, ya me
aburrí.
—Y ya huele
raro, pinche abuelito, ¿qué hiciste?
—¡¿Qué te dije
de esa boca?! No quiero volver a oírte decir eso. Termina, que quiero que tu
tío haga tantito ejercicio con la boca ya que no puede mover el resto.
Risas.
"Fue así
que inicié la segunda temporada en Praga en enero de 2003: el pesar por la
ausencia de Arturo, lejos de menguar por el encuentro vacacional, se
recrudeció; la amistad con Elvira sufrió un malentendido en febrero que costó
su casi desaparición por el resto del año; Jason demostró ser no sólo
interesante sino también interesado por el dinero que le proporcionaba; Pavel
resultó más infantil y mucho menos maduro de lo que pensé en un principio. Y en
ese creciente aislamiento, mientras el invierno se extinguía con lentitud,
llegó Amir el 17 de marzo. No hubo ya tiempo ni cabeza para más escritos como
no fueran los correos electrónicos. El pretexto para una larga agrafía estaba
dado."
—¿Qué? ¿ya?
¿dónde está lo demás?
—Amá, ¿qué es
agrafía?
—¡Levanten la
mesa! Voy a cambiar a tu abuelito. Chingado...
Risas.
No tengo mucho
tiempo. Ojalá a este viejo le quede todavía menos.
4 comentarios:
Ya entendí Dr., su sobrina tenía prisa por ir a una conferencia
http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/ITESO/Informacion_Institucional/Sala_prensa/Noticias/DetalleNoticia?p_noticia=47250
"Admitió que al no provenir de una tradición tan clara como las religiones, el planteamiento del bien y del mal desde el ateísmo es más resbaloso"... razón de sobra junto con la amenaza del Coco para abrazar cualquier religión, efectivamente...
Dr., sea anatema. Critica sin conocer el contexto, tal vez simultáneamente se realizaba una lucha de modelos desnudas en una tina de aceite.
O tal vez se impartía paralelamente el curso de uñas que le pagué a mi sobrina...
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